Sumado a esto, está el debilitamiento de la familia, ya que muchos niños, niñas y jóvenes de la comunidad educativa JOSE ANTONIO GALAN: Sedes 1 y 2, están siendo socializadas en hogares, donde reina la violencia sobre la armonía, amenazados por la inseguridad social y sicológica del entorno; situación está, que ha traído como consecuencia, la desmoralización, el desorden social y la pérdida de valores.

 

La Institución Educativa JOSE ANTONIO GALAN, consciente de esta problemática y de que hoy en día las instituciones nos enfrentamos a un mundo lleno de incertidumbres,  que nos obligan  a innovar permanentemente  las prácticas educativas,  en aras del fortalecimiento  de la sociedad guajira y en defensa de los   niños,    niñas    y  jóvenes  de nuestro departamento,  toma la educación como un proceso de formación permanente, personal, cultural y social, que se fundamente en una concepción integral de la persona humana; esta se desarrollará atendiendo los fines de la educación y de conformidad  con el  artículo 67 de la Constitución Política.  También toma como modelo los siguientes principios.

 

En primera instancia  toma como modelo el versículo, donde dice “Dios es amor”,  tomando el amor como una energía de unión viva que nos hace sensibles a  las necesidades de los otros y nos permite construir una civilización más libre justa y verdadera, plasmada en nuestra en nuestra  pedagogía con “ alegría y templanza”.

 

Como segunda instancia, toma a nuestro prócer JOSE ANTONIO GALAN, como símbolo de la lucha de los grupos sociales como un defensor de las etnias indígenas y criollas y  por ende valorando  el trabajo en equipo y los resultados colectivos, fortaleciendo las cualidades de las personas a través del diálogo y  la confianza en ellas.

 

También toma como principio el pensamiento de libertad,  de autonomía y unidad de nuestro libertador  Simón Bolívar y los planteamientos de la pedagogía activa, donde encontramos nuestro interés  en la naturaleza del niño tendiente a desarrollar en nuestros estudiantes un espíritu científico,  para su auto determinación personal y social, en donde nuestros docentes vienen siendo orientadores, catalizadores etc. del proceso de enseñanza-aprendizaje, concediéndole importancia a la relación escuela- comunidad y vida.